El blog de Altamira lleva publicando desde 2017 un análisis de las tendencias en RRHH esperadas de cara al año siguiente.
Para ello examinamos las previsiones de 10 o 12 de los principales blogs y revistas internacionales de Recursos Humanos y elaboramos una clasificación de las tendencias en RRHH por orden de popularidad (puedes consultar, por ejemplo, el análisis para 2020).
El análisis de un gran número de artículos permite identificar los temas recurrentes y destacar las predicciones más fiables, sin olvidar que estos análisis se refieren en su mayoría a la situación estadounidense, que en cuestiones tecnológicas y organizativas suele representar el modelo de referencia para las empresas europeas y latinoamericanas.
Gracias a esta actividad hemos podido ver que una gran parte de las tendencias en RRHH tienden a repetirse año tras año. El año de la inteligencia artificial, por ejemplo, debería haber sido 2018, 2019 e incluso 2020.
Pero ¿a qué se debe este fenómeno?
La razón principal es que el ritmo de cambio —sobre todo el ritmo impuesto por la tecnología— suele ser más rápido que la capacidad de adaptación de los individuos y las empresas.
Este concepto, que podemos observar a la perfección en el siguiente gráfico, se puede explorar con mayor detalle en este artículo.
Las empresas y los individuos —por no hablar de las instituciones— son, por lo tanto, incapaces de mantener el ritmo de la innovación. Es por ello que las tecnologías que se desarrollan y se ponen a disposición en la actualidad tardan años en asentarse en las empresas, tanto porque deben superar la resistencia al cambio como porque una nueva tecnología no siempre es una respuesta eficaz a problemas concretos.
Además, para las pequeñas y medianas empresas, estar siempre actualizados en cuanto a innovación y experimentación requiere inversiones que no siempre pueden o desean hacer. Por otra parte, algunas tecnologías están diseñadas específicamente para satisfacer las necesidades de las grandes empresas y no se adaptan correctamente a los procesos de las empresas de menor tamaño.
Un ejemplo es el de la inteligencia artificial, que por su naturaleza estadística depende de grandes números para funcionar correctamente. O también el uso de la realidad virtual o aumentada en la formación, que multiplica considerablemente los costes de producción del material didáctico. O, por qué no, el de la gamificación, un tema candente desde hace varios años y que lucha por salir del nicho exclusivo de las multinacionales y las grandes empresas.
¿Cuál es entonces la situación española en relación con las tendencias en RRHH en los últimos años? Veamos los rasgos principales.
Teletrabajo
A finales de 2017 se esperaba que 2018 fuera el año del crecimiento exponencial del teletrabajo. Y sin embargo ha sido necesaria una pandemia a principios de 2020 para que este fenómeno pisara el acelerador. No nos referimos aquí tanto al teletrabajo impuesto por las circunstancias —que no es intrínseco a los procesos empresariales— sino a la conciencia de muchas empresas y a su apertura a un uso más meditado y constante de esta modalidad de trabajo.
Diversidad
Otra cuestión sobre la que llevamos años debatiendo es la diversidad. Los terribles episodios de discriminación racial que nos llegan una vez más desde Estados Unidos confirman que queda mucho camino por recorrer incluso en países que llevan tiempo conviviendo con una realidad multicultural.
En España seguimos luchando contra el enorme problema de la brecha de género, que el confinamiento no ha hecho más que agravar, penalizando en gran medida a las mujeres trabajadoras. La noticia positiva es que las empresas empiezan a abordar la brecha salarial de género, analizando la situación interna y marcándose objetivos de mejora para los próximos años.
Formación continua
La tendencia en RRHH que más ha aparecido en los últimos 3 años, junto con la inteligencia artificial, es la de la formación continua. Teniendo en cuenta que las competencias que requiere el mundo laboral cambian rápidamente, los trabajadores deben seguir formándose durante toda su trayectoria profesional, ya que de lo contrario corren el riesgo de verse excluidos.
Aunque se trata de una realidad más que evidente, la inversión empresarial en España sigue siendo insuficiente y la formación continua parece relegarse a la iniciativa de cada uno de los trabajadores por su cuenta. Se trata de un problema que podría erosionar la competitividad de las empresas en el futuro.
Inteligencia artificial
Hace ya varios años que se habla de la inteligencia artificial en la gestión de los recursos humanos, sobre todo en el reclutamiento, aunque su uso real en España sigue siendo mínimo. ¿Y por qué?
Una razón es que la tecnología no ha alcanzado hasta ahora una cierta madurez y otra, como ya hemos mencionado, que los algoritmos solo se pueden desarrollar con una gran cantidad de datos, de los que las PYMES apenas disponen.
Además, debido a la reciente crisis, muchas empresas han decidido recortar sus presupuestos para la IA y reducir así los gastos e invertir en software de respaldo para el teletrabajo.
Incentivos
En los últimos años también se ha hablado mucho de la “guerra” de los incentivos, que demuestra que las empresas recurren cada vez más al uso de incentivos no monetarios para atraer y retener el talento. En España observamos una gran diferencia generacional en las expectativas que tienen los trabajadores en este sentido, pero algunos aspectos como los planes de pensiones o los seguros médicos parecen ser una tendencia constante.
GIG economy
La economía de los trabajos esporádicos ha crecido exponencialmente, tal y como estaba previsto, pero en España sigue sin estar correctamente regulada. Se ha hablado mucho ya de los riders o de los conductores de VTC y de los falsos autónomos, que representan solo la punta del iceberg de un gran número de trabajadores que no cuentan con la protección adecuada.
Employer branding
El employer branding, que ha sido protagonista de muchísimas reuniones y conferencias de RRHH en España, ha progresado considerablemente en los últimos años. No solo en lo que a procesos se refiere, con una mayor colaboración entre los departamentos de RRHH y Marketing, sino también de las herramientas digitales que lo respaldan: las páginas de empresa en Indeed y LinkedIn, las entrevistas en vídeo, las páginas de empleo profesionales, etc.
Sin embargo, el aumento de la atención a los candidatos no siempre va acompañado de la introducción de herramientas de engagement, evaluación y desarrollo del personal interno.
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